
Aunque la fogata fue de secundarios, toda la sociedad nos escapamos y fuimos a Suchilquitongo a disfrutar de esta hermosa velada. A pesar de algunos contratiempos, como el clima, en la noche pudimos realizar una hermosa fogata. Personalmente, no iba preparado para estar al frente, pero cuando tuve la oportunidad de dirigir algunos cantos, y orar con los muchachos, pude sentir que el Señor nos había llevado para algo más que solamente divertirnos o convivir. La lucha fue dura, pero creo que a pesar del sueño y el hambre, muchos intermedios y secundarios pudieron volverse a encontrar con el amor de Dios. Despues de la cena, ya no supe que paso, porque cai rendido por el sueño, pero creo que los demás se quedaron orando y jugando toda la noche (sobre todo orando). Aunque pararse a desayunar fue toda una odisea, lo pudimos hacer y creo que nos la pasamos muy bien, pero sobre todo, nos fuimos con el corazón fortalecido por la bendición de Dios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario